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domingo, 30 de abril de 2017

Liderazgo: Ayer, hoy y siempre



Los altos niveles de desempeño de una organización, se encuentran estrechamente ligados con la adecuada dirección y liderazgo que maneja quien se encuentra al frente de la misma. Se presume que el liderazgo adquiere mayor importancia en situaciones de crisis, pero las dificultades no crean líderes; solo muestran la clase líderes que tenemos. Seis de cada diez empleados creen que sus organizaciones no están bien administradas y consideran que en la actualidad existe “crisis de liderazgo”. Un mal jefe repercute en empleados insatisfechos, tanto en el trabajo como en su vida personal; esto repercute en menos compromiso con la organización y más conflictos en el trabajo y la familia, por lo que aparece la frustración, estrés y renuncias masivas. El liderazgo es liderazgo, no importa adonde vaya ni lo que haga. Los tiempos cambian. La tecnología avanza. Las culturas varían de un lugar a otro. Pero los verdaderos principios del liderazgo son constantes —aunque esté observando a los ciudadanos de la antigua Grecia, los hebreos del Antiguo Testamento, los ejércitos de los últimos doscientos años, los gobernantes de la Europa moderna, los obispos de las iglesias locales, o la gente de negocios de la economía mundial de hoy. Los principios del liderazgo pasan la prueba del tiempo. Son irrefutables. En esta época crítica de liderazgo es importante volver a retomar estos principios, universales y atemporales, los cuales son herramientas, listas para ser tomadas y usadas a los efectos de alcanzar sueños y sumar valor a otras personas.