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viernes, 14 de julio de 2017

Caminos misteriosos


Mike Larkin, Oficial de transito de California patrullaba en su motocicleta, cuando de pronto un camión de carga pasò por la carretera a alta velocidad. El Oficial Larkin encendió su sirena y sus luces y tras varios minutos de persecución Mike se comunicó por radio con la Estación Central pidiendo ayuda, pero el silencio fue su respuesta, luego de llamar varias veces, escucho una voz desde la central que le dijo: ¡Cállate! Sin entenderlo, siguió su persecución y ahora la voz en la radio desde la Central decía ¡Atención! Si hay un oficial de policía cerca de Calle Park 1254, en esa casa hay una emergencia, un niño esta sin poder respirar, favor ir de inmediato allí. Para sorpresa de Mike, justo estaba ahora frente a la casa 1254. Se detuvo y en ese momento el padre del niño con rostro de angustia salía apresuradamente con el niño en sus brazos, sus labios morados. El Oficial Mike, tomó el niño y le dio respiración artificial, el niño volvió en si y pudo recuperar su respiración, dos minutos más tarde llegaron los paramédicos, hicieron aun lado a Mike, tomaron el niño y con su padre lo llevaron en la ambulancia y allí quedo el oficial Mike, solo. Pensativo, se dijo a si mismo. !No es justo, llego, auxilio este niño, nadie dijo gracias y los paramédicos ni me determinaron y el Camión que yo perseguía se fue! Mientras un sentimiento de injusticia lo abrazada... Escuchó a Dios hablar a su corazón diciéndole: ¿Por qué te preocupas? Tú estabas en el lugar correcto y a la hora correcta, para ayudar a la persona correcta. No te olvides que yo opero por caminos misteriosos. Yo usé ese camión para que llegaras a este punto correcto, yo impedí que te comunicaras con la Central. Hiciste lo que yo quería que hicieras ¡Eso te debe hacer feliz!. Mike, encendió su moto y con una sonrisa en sus labios reanudó su patrullaje lleno de satisfacción. No te olvides que Dios puede llevarte por caminos misteriosos, que no logras entender ni comprender para que estés en el sitio correcto y a la hora correcta para tender tu mano a la persona correcta.