¿Se ha preguntado si es adicto a su teléfono móvil? En promedio
una persona mira el teléfono más de 150 veces al día. Siete de cada diez
personas en el mundo, entran en pánico si no sienten su teléfono o lo pierden.
¿Te imaginas lo que pasaría si tratáramos a nuestra Biblia como tratamos a
nuestro celular? ¿Y si siempre
cargáramos nuestra Biblia en el bolsillo o en la cartera? ¿Y si la mirásemos a
cada rato durante el día? ¿Y si volviésemos a buscarla cuando la olvidamos en
casa o en la oficina? ¿Y si la usásemos para enviar mensajitos a nuestros
amigos? ¿Y si la tratásemos como si no pudiéramos vivir sin ella? Al contrario
del celular, la Biblia no pierde la señal ¡Ella ‘funciona' en cualquier lugar! No
hace falta preocuparse con la falta de “saldo” porque Jesús ya pago la cuenta y
el crédito no tiene fin. Y lo mejor de todo: La línea no se cae y la carga de
la batería es de por vida. En la Biblia encuentras algunos teléfonos de
emergencia: Cuando estés triste, marque Juan 14. Cuando personas hablen mal de
vos, marque Salmo 27. Cuando estés nervioso, marque Salmo 51. Cuando estés
preocupado, marque Mateo 6:19,34. Cuando estés en peligro, marque Salmo 91. Cuando
Dios parezca distante, marque Salmo 63. Cuando tu fe necesite ser activada,
marque Hebreo 11. Cuando tengas miedo, marque Salmo 23. Cuando te sientas
triste y solo, marque Romanos 8:31-39. Cuando quieras paz y descanso, marque
Mateo 11:25-30. Cuando el mundo parezca mayor que Dios, marque Salmo 90. Anota
estos teléfonos en tu agenda ¡Puede ser que uno de estos números de emergencia salve
una vida!