Una vez, un cura y una monja regresaban hacia el convento. Al caer
la noche, vieron una cabaña en medio del camino y decidieron entrar para pernoctar
y proseguir el viaje al siguiente día. Al entrar a la cabaña, vieron que había
apenas una cama de pareja. El padre y la monja entraron y después de algunos
segundos de silencio, el padre dice: -Hermana, Usted puede dormir en la cama y
yo duermo aquí abajo. Y así hicieron. Mientras tanto, en medio de la madrugada
la hermana despertó al padre: -¡Padre! ¿Está despierto? El padre medio dormido:
-Si, hermana, diga ¿Que fue? -Ahhh... Es que estoy con frío. ¿Puede ir a
buscarme una cobija? -Si hermana, ¡Con gusto! El padre se levantó, fue a buscar
una cobija al armario y cubrió a la hermana con mucha ternura. Una hora
después, la hermana despierta al padre nuevamente: -¡Padre! ¿Todavía está
despierto? -¿Que paso hermana? ¿Y qué sucede ahora? -Es que aún estoy con frío.
¿Puede darme otra cobija? -¡Seguro que si hermana! Una vez más el padre se levantó,
para atender el pedido de la hermana. Otra hora paso y una vez más, la hermana
llamo al padre: -Padre. ¿Sigue despierto? -¡Si hermana! ¿Y que necesitas ahora?
-Es que no he podido dormir. Sigo con mucho frío. Finalmente, entendiendo las
intenciones de la hermana, el padre entonces le dice: -Hermana, estamos aquí
los dos solos ¿Cierto? -¡Cierto!, contesta la hermana -Lo que ocurre aquí, y lo
que deba de ocurrir, solo nosotros dos lo sabremos y nadie más, ¿Cierto? -¡Cierto!
Entonces tengo una sugerencia. ¿Qué tal si fingimos ser MARIDO y MUJER? La
hermana entonces se llenó de alegría en la cama y dice: -¡SI! ¡SI! padre... Entonces
el padre cambia el tono de su voz y grita: -ENTONCES ¡DEJA DE MOLESTARME,
LEVANTATE TU SOLA A BUSCAR LA DICHOSA COBIJA, ME DEJAS DORMIR! ¡Y PUNTO! (SI
pensaste que iría a tener un final erótico: reza 10 ave marías y 20 padre
nuestros por tus malos pensamientos... Je Je Je)