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miércoles, 26 de julio de 2017

La naranja


Un ateo dictaba una conferencia ante un gran auditorio defendiendo la inexistencia de Dios. Después de haber finalizado su discurso, desafió a cualquiera que tuviese preguntas a que subiera a la plataforma. Un hombre que había sido bien conocido en la localidad por su adicción a las bebidas alcohólicas, pero que había encontrado recientemente liberación y esperanza en Dios, aceptó la invitación y sacando una naranja del bolsillo comenzó a pelarla lentamente. El conferencista le pidió que hiciera la pregunta; el hombre, continuó imperturbable pelando la naranja en silencio, al término de lo cual, se la comió. Se dirigió al conferencista y le preguntó: "¿Estaba dulce o agria?" "No me pregunte tonterías", respondió el orador con señales evidentes de enojo; "¿Cómo puedo saber el gusto si no la he probado?" Y aquel hombre regenerado por el amor de Dios le respondió: "Y ¿cómo puede usted saber algo de Dios, si nunca lo ha probado?" Dios dice: "Juro por mi vida que, en mi presencia, todos se arrodillarán y me alabarán" Romanos 14:11