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lunes, 31 de julio de 2017

Sed insaciable


Hace años, el famoso comentarista Paul Harvey, describió cómo el Eskimal (Eskimó) mata al lobo. Primero cubre su cuchillo con la sangre de un animal y luego deja que se congele. Luego añade otra capa de sangre y deja que también se congele. Repite el proceso una y otra vez hasta que el cuchillo está totalmente cubierto con sangre congelada. El cazador ártico entonces toma el cuchillo y lo coloca en la tierra con la hoja extendida para arriba. Sin sospechar cosa alguna, el lobo huele la sangre y empieza a lamer la sangre congelada. Entre más lame el lobo la sangre, más vigorosamente crece su apetito para la sangre. Sin saber lo que está haciendo el lobo empieza a cortar su propia lengua. El lobo entonces empieza a saciar su sed por sangre con su propia sangre. Su deseo perpetuo no se satisface hasta estar completamente muerto. Romanos 6: 23 dice: “Quien sólo vive para pecar, recibirá como castigo la muerte. Pues la paga que deja el pecado es la muerte, pero el regalo que Dios da es la vida eterna por medio de Cristo Jesús nuestro Señor.” Usted tiene la libertad de escoger entre dos amos, pero no está en condiciones de regular las consecuencias de su elección. Cada uno de estos amos paga con su moneda. ¿Cuál es su elección?