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martes, 31 de octubre de 2017

¡Que nada te robe la paz!


Cuando tu amas a una persona, amas la persona que es, y no la que te gustaría que fuera. ¿Guerra o paz? ¡Tú decides! Cuando tienes paz interior pierdes interés en juzgar e interpretar sus acciones. Pierdes interés en las preocupaciones y en los conflictos. ¿Quieres ser feliz? Buda decía que: “No puedes depender de otra persona para ser feliz, pues ninguna relación te dará la paz que tu no hayas creado en tu interior”. Nadie es dueño de tu felicidad, por eso no dejes tu alegría, tu paz, tu vida en manos de nadie.  Solo la práctica de la compasión y el amor, la comprensión y el respeto por el otro, crea la paz interior. Cuando te aferras al orgullo y al odio es igual como tomar veneno y esperar que el otro se muera. Deja de tomar decisiones apresuradas y haz todo en silencio con un espíritu en calma. No pierdas tu paz interior por nada, aunque tu mundo esté revuelto. Si todo lo tomas personal, vivirás ofendido la mayor parte de tu vida. Recuerda que lo que la mayoría de las personas hacen y dicen es una reflexión de ellos mismos ¡No tiene nada que ver contigo! En la calle andan personas aburridas, infelices y de mal humor… No permitas que nadie te quite tu paz ni tu felicidad. Bríndales una sonrisa a todos y trátalos mejor de lo que ellos te tratan a ti. Cada instante que pases disgustado, desesperado, angustiado furioso o dolido, a causa del comportamiento de otra persona, será siempre un instante en el que renuncias al control sobre tu vida. No siempre puedes estar alegre ¡Pero siempre puedes estar en paz!