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martes, 12 de diciembre de 2017

Distancia laboral

Es natural, en cualquier organización, emplear a los amigos cuando uno se encuentra en apuros. El mundo es un lugar duro y los amigos suavizan esa crudeza. Además ¡Uno los conoce bien! ¿Por qué depender de un extraño cuando se tiene a mano un amigo? El problema es que, a menudo, no se conoce a los amigos tan bien como uno cree. Los amigos suelen coincidir con nosotros a fin de evitar discusiones. Entre amigos se suelen disimular los rasgos desagradables, para evitar molestar u ofenderse. Los amigos son los que más celebran nuestros chistes. Cuando usted decide emplear a un amigo, poco a poco va descubriendo facetas que esa persona mantenía cuidadosamente ocultas. Lo extraño es que es un acto de generosidad para con sus amigos lo que desestabiliza la relación. Usted fue elegido por ser un amigo y no necesariamente por sus méritos propios. El problema de emplear a un amigo es que esa amistad limitará en forma inevitable su jerarquía. Rara vez ocurre que el amigo sea a la vez todo lo capaz que usted necesitaría. Y, a la larga, la capacidad y la competencia son mucho más importantes que los sentimientos de amistad. Todas las situaciones laborales exigen una cierta distancia entre la gente que participa en ellas. Usted está tratando de trabajar, no de hacer amigos. Conserve a sus amigos para vivir una relación de amistad, pero trabaje con los más capaces y competentes. El problema de trabajar con amigos es que se confunden los límites y las distancias que una actividad laboral requiere. Pero si ambas partes del arreglo comprenden con claridad los riesgos que la relación entraña, un amigo puede llegar a ser un empleado muy eficiente.