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viernes, 26 de enero de 2018

Y apareciste tu...


¿Te ha sucedido que cuando parece que todo va mal, encuentras a esa persona que te hace feliz con cualquier tontería y hace que cambie tu vida por completo? Recorrí tantos kilómetros sentimentales y hasta me había dado por vencido a eso que le llaman amor. Llegué a un punto en el que pensaba que me pasaría el resto de mi vida deprimido. Tenía un plan: No volver amar. ¡Y zas! Inesperadamente apareciste tú por sorpresa, y adiós gran plan. Me miraste profundamente, me sonreíste y rompiste los esquemas, cambiando aquello que una vez pensé… ¡Que no existías! Y valió la pena conocerte. Así, sin buscarte, apareciste dando golpes en mi existencia y retumbando en mi alma. ¡Que bárbaro el destino! Traerte así sin avisar... Cuando mi mundo se desmoronaba me invitaste al tuyo… me propusiste dejar la tristeza de lado y me llenaste de carcajadas… de esas que alimentan los días abandonados. Te olvidaste de mi pasado, de mis fracasos y no te importó lo que fui, lo que algún día por malos actos perdí. Lloraste conmigo, me levantaste y me cuidaste. Justo cuando deje caer todas las esperanzas, apareciste tú para recogerlas ¡De no tener nada pase a tenerlo todo! Yo supe en el momento en que te conocí que había algo en ti que yo necesitaba. Resulta que no era algo de ti. ¡Eras sólo tú!