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jueves, 3 de mayo de 2018

Redimir

Walter Riso dice que: “Cada vez que odias, una parte de ti se destruye. Cada vez que perdonas, te sanas a ti mismo”. Perdonar es el valor de los valientes. Solamente aquel que es bastante fuerte para perdonar una ofensa, sabe amar. El perdón llega cuando reconoces que nunca hubo nada que perdonar sino que había algo que comprender. La vida se vuelve más fácil cuando aceptas una disculpa que nunca llegó. Esto se llama perdonar en tu corazón. ¿Sabías que perdonar a otro es perdonarnos un poco a nosotros mismos? Perdonarse a uno mismo a veces resulta mucho más difícil que perdonar a alguien más, y es realmente algo muy necesario. No saber perdonarse a uno mismo, es como ser dañado sin ninguna razón por algo que no debería. Ahora, si no te has perdonado algo, ¿Cómo puedes perdonar a los demás? Muchas veces, la persona que tienes que perdonar es a ti mismo por todas las cosas que no fueron de la manera que pensabas. Debes aceptar con humildad tu condición real de ser humano y reconocer que no eres perfecto pero tienes toda la capacidad de mejorar. Antes de perdonar a los demás, aprende a perdonarte a ti mismo y pasa la página. ¡No seas tan duro contigo mismo! Perdonar y perdonarse es soltar eso que nos tiene detenidos en el tiempo, y al fin poder avanzar. ¡Perdónate, perdona y olvida!