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jueves, 8 de noviembre de 2018

Fin del tema


Antes creía que ser inteligente era ganar cualquier discusión. Ahora entiendo, ha de ser por la edad, que inteligente es no provocarlas y que es mejor pensar bien antes de empezar una pelea, porque a veces es mejor tener paz que tener razón. La única forma de salir ganando de una discusión es evitarla. Largas discusiones revelan que ninguno de los dos tiene la razón, mucho menos cuando terceros se involucran. Decía Napoleón Hill que: “Cada discusión tiene al menos tres puntos de vista: El tuyo, el del otro y el de los demás”. Este último punto de vista me tiene sin cuidado… principalmente cuando existen personas que solo buscan molestarte como si fueras un basurero que recibe la pudrición de otros. Seguir discutiendo es igual que montar en una bicicleta estática. Te esfuerzas, sudas, te cansas, te agotas y al final no te lleva a ningún lado. A partir de hoy callaré… ¡Eso no quiere decir que otorgue nada! No se si es cansancio, madurez o resignación, pero hay cosas que ya no quiero discutir más. Controlaré mis palabras y mis actos. Me dominaré con el fin de evitar dañar a otros y a mí mismo. Conservaré la calma porque el apasionamiento convierte el error en falta y la verdad en descortesía. Ya no me enojaré. Solo observaré, pensaré, me decepcionaré y me alejaré. ¡Fin del tema!