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jueves, 22 de noviembre de 2018

Yugo desigual


San Pablo dijo en una ocasión: “No se asocien con aquellos que no creen. ¿Qué armonía puede haber entre un creyente y un no creyente?”. Si un pez se enamora de un pajarito… ¿En dónde construirán su nido? El yugo desigual no tiene relación con credos distintos. Es un asunto de sentido común expresado por Moisés: “Cuando trabajen un campo, no deben arar con un buey y un burro juntos”. La razón por la cual los bueyes deben ser de la misma fuerza es porque las líneas hechas en el suelo tienen que ser rectas, parejas y profundas. Una ayuda idónea y perfecta solo se puede encontrar en alguien con el mismo nivel espiritual, porque si no, en las decisiones diarias como pareja… uno se basará en la voluntad de Dios y el otro en su propia voluntad. Nadie puede reclamar el amor de otra persona a menos que se lo pida primeramente a Dios. Jamás podrás convencer a Dios con tus buenas intenciones, con tu dinero o dañando a otros para el logro de tu objetivo. Tarde o temprano los llamados distintos, las vocaciones incompatibles, los diferentes proyectos de vida y grados de compromiso darán al traste con la relación. Ahora tú, ¡Si tú!… ¿Cómo es posible que sabes lo que puede suceder y aun así quieres intentarlo? ¡Es obvio lo que va a pasar! Antes de alejarte de Dios, aléjate primero de quien te separa de El ¡Enamórate de quien te empuje más a Dios!