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martes, 11 de diciembre de 2018

¿Debes tomar una decisión?


Los ancianos de Israel se juntaron (1 Samuel 8) para ver a Samuel y pedirle un rey como lo tenían todas las naciones. ¡Dios sabía, que, por razones egoístas, algún día el pueblo le pediría un rey! Los ancianos querían leyes, un ejército y un monarca humano en lugar de Dios. El deseo de Israel de tener un rey no era malo, como sí lo eran las razones por lo que lo querían. Habían olvidado que Israel había sido llamada a ser una nación santa, separada y única entre las demás (Levítico 20: 26). Ellos querían administrar la nación con recursos humanos, aun cuando sólo con la fuerza de Dios podrían salir avante. Cuando el pueblo de Dios quiere ser como los incrédulos, se está encaminando hacia una decadencia espiritual. Samuel les hace la advertencia de que al tomar una decisión hay que evaluar cuidadosamente lo positivo y lo negativo. La próxima vez que vayas a tomar una decisión contesta las siguientes preguntas: 1) ¿Esta decisión me bendice? Recuerda que todo te es licito, pero no todo te conviene. 2) ¿Bendecirá a los demás? Debes ser sensible y jamás herir a nadie o hacerle tropezar. 3) ¿Glorificará a Dios? Cristo merece todo honor en cada aspecto y actividad de nuestro diario vivir. Cuando tome una decisión importante determine un criterio lógico basado en la Biblia, examine las alternativas evaluando lo positivo y negativo de ellas, sea sensible a los demás y ore pidiendo sabiduría en busca de una decisión sabia.