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viernes, 17 de enero de 2020

Abstemios


“Debido a tus problemas estomacales no bebas agua solamente, sino toma un poco de vino para que así no te enfermes con tanta frecuencia” (I Timoteo 5: 23). Cuando Pablo aconsejó a Timoteo que tomase “un poco de vino” no estaba defendiendo la práctica de beber socialmente. Incluso hoy, en Medio Oriente, es muy difícil conseguir agua potable. Es totalmente evidente que el propósito de su consejo a Timoteo se refería al uso medicinal, no a un placer social. ¿Qué tipo de vino recomendó Pablo? ¿Se animaría el apóstol al uso moderado de una bebida de la que Proverbios 23: 31 dice: “No dejes que te atraiga el color de las bebidas embriagantes; ¡Que no te deslumbre su brillo en la copa! Suavemente se desliza por la garganta”. “El borracho llora y sufre; anda en pleitos y se queja, lo hieren sin motivo y le ponen los ojos morados. Eso le pasa por borracho, y por probar nuevas bebidas” Proverbios 23: 29 y “Si las bebes, verás cosas raras y te vendrán las ideas más tontas” Proverbios 23: 32? ¡Obviamente, no! Aunque un vaso de cerveza u otra bebida alcohólica, en un primer momento, podría parecer inofensivo, se ha descubierto que muchas personas tienen tendencias hereditarias o personalidades más predispuestas a la adicción, y un problema o una dificultad pueden desencadenar un serio caso de alcoholismo, si no nos regimos por el camino seguro de la abstención absoluta de bebidas alcohólicas.