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lunes, 6 de enero de 2020

Sola Scriptura

En abril de 1521 Martin Lutero se presentó ante la Dieta de Worms, asamblea en que los príncipes del Sacro Imperio Germano, presidida por el emperador Carlos V, se reunieron en Worms, Alemania, para abordar la situación de la Reforma. El 18 de abril, Lutero habló ante la asamblea y defendió sus creencias: “A menos que esté convencido mediante el testimonio de las Escrituras o por razones evidentes, me mantengo firme en las Escrituras, a las que he adoptado como mi guía. Mi conciencia es prisionera de la Palabra de Dios, y no puedo ni quiero retractarme de nada, reconociendo que no es seguro o correcto actuar contra la conciencia”. Con estas palabras, Lutero sentaba las bases mismas de la Reforma Protestante: El principio de “Sola Scriptura”; la Biblia tiene preeminencia sobre las tradiciones y sobre cualquier iglesia. Las Santas Escrituras son la infalible revelación de la voluntad divina, la norma para el carácter, la prueba de la experiencia, la revelación autorizada de doctrina y práctica. Aunque muchas iglesias protestantes y evangélicas abandonen las enseñanzas bíblicas reemplazándolas por liturgia musical o emocional o una “religión psicologizada”, en que lo importante es que “te sientas bien”, debemos resaltar la Biblia como única base segura para nuestras creencias y prácticas.