sábado, 17 de junio de 2017

Paz en la tormenta


La definición correcta de la Serenidad es estar en paz en medio de las tormentas, no es estar libre de tormentas. Es la capacidad de mantener centrada tu atención, en medio de la dificultad, en aquello que para ti es una prioridad. Cuando siembras calma, cosechas serenidad, la cual no es algo que se encuentre, es algo que se cultiva y nosotros somos los encargados de plantar su semilla. La serenidad viene cuando cambias las expectativas por la aceptación de lo que no puedes cambiar. ¡El secreto está en cooperar incondicionalmente con lo inevitable! En dejar que cada situación sea lo que es, en vez de lo queremos que sea. La vida tiene una manera perfecta de ponerte donde debes estar. Si ahora estas aquí, no luches contra ello; abraza el momento. ¡Quédate en paz! No te entristezcas con la actitud de algunas personas; no pierdas tu serenidad. La rabia hace mal a la salud, el rencor daña el hígado y la cólera envenena el corazón. La persona que hiere y hace daño necesita ayuda. Tú no tienes por qué brindarla pero tampoco debes ponerte a su nivel. Aquello que no trae calma y serenidad a tu vida, déjalo atrás. ¡No hay precio más caro que perder la paz! “No hay nada como volver a un lugar que no ha cambiado, decía Nelson Mandela, para darte cuenta de cuanto has cambiado tu”. Cuando alcanzas la paz en ti mismo puedes aportar una semilla de felicidad en los demás. Te conviertes en consuelo para la tristeza, reposo para la fatiga y esperanza para la tristeza desesperación de otros.