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lunes, 10 de julio de 2017

Una mujer mantenida


Tengo que reconocerlo ¡Soy una de esas mujeres mantenidas! Verás, hubo momentos en que pensé que perdería la razón, pero Dios me MANTUVO sana. Hubo momentos cuando pensé que ya no podía más, pero Dios me MANTUVO en el camino. En ocasiones, quería golpear a aquellos que me hicieron daño, pero Dios MANTUVO mi boca callada. A veces el dinero no me alcanzaba, pero Dios me ha ayudado a MANTENER las luces encendidas, el agua corriendo, el carro y la casa pagada. Cuando pensaba que caía, Dios me MANTUVO arriba. Cuando pensaba que era débil, El me MANTUVO fuerte. Pudiera continuar y continuar, pero estoy segura que ya entendiste: ¿Qué si soy una mujer mantenida? ¡Claro que sí! Porque Dios me mantiene sana, fuerte, de pie con su amor y bendición. ¡Soy bendecida de ser MANTENIDA! Algunas personas tienen la idea errónea de que la mujer ideal en la Biblia es retraída, servil y completamente casera. ¡No es así! La fortaleza y dignidad de una mujer no provienen de sus sorprendentes logros. Son el resultado de que teme a Dios. Y Dios retribuye ese temor con su amor y su Gracia.