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martes, 15 de agosto de 2017

Aprender haciendo


Aristóteles dijo en una ocasión: “Lo que tenemos que aprender, lo aprendemos haciendo”. No hace muchos años empecé a tocar el violoncelo. La mayoría de la gente diría que lo que estoy haciendo es «aprender a tocarlo». Pero estas palabras nos transmiten la extraña idea de que existen dos procesos muy diferentes: aprender a tocar un instrumento y tocarlo. Esta concepción implica que se ha de hacer lo primero hasta haberlo terminado, momento en el cual el primer proceso termina para dar paso al segundo. En pocas palabras, que seguiré «aprendiendo a tocar» hasta que haya «aprendido a tocar» y entonces, sólo entonces, empezaré a «tocar». Por supuesto eso es un disparate. No hay dos procesos, sino uno. Como aprendemos a hacer algo es haciéndolo ¡No hay otra manera! “Uno aprende haciendo las cosas, decía Sófocles. Porque aunque piense que lo sabe, no tendrá la certidumbre hasta que lo intente”. El mismo Picasso también dijo una vez: “Siempre estoy haciendo cosas que no se hacer, de manera que tengo que aprender cómo hacerlo”. Tener éxito no es un accidente, es trabajo duro, perseverancia, aprendizaje, estudio, sacrificio y lo más importante de todo, amor por lo que estás haciendo o aprendiendo a hacer. ¡Aprender es el don de la vida! Confucio dijo: “Me lo contaron y lo olvide. Lo vi y lo entendí; lo hice y lo aprendí”