A los 5 años murió su papà. A los 16 dejo de estudiar. A los 17 Ya
había perdido cuatro trabajos. A los 18 se casó. Entre los 18 y los 22, trabajo
como conductor y fallo nuevamente. Se unió al ejército y fue retirado. Aplicó
para la escuela judicial y fue rechazado. Se convirtió en vendedor de seguros y
volvió a fallar. A los 19 se convirtió en papá. A los 20 su esposa lo dejó y se
llevó a su única hija. Se convirtió en cocinero y lavador de platos en una
pequeña cafetería. Falló en el intento de recuperar a su hija, pero
eventualmente convenció a su esposa para retornar a casa. Tenía una receta para
la preparación del pollo y comenzó un pequeño restaurante a la edad de 40 años.
Sin embargo, unos años más tarde la construcción de una supercarretera desvió
el tráfico lejos de la ciudad y en poco tiempo su negocio quebró. A la edad de
65 años obtuvo su jubilación. El primer día de su retiro recibió un cheque del
gobierno por un monto total de 105 dólares. Sintió que el gobierno le estaba
dando a conocer que no podía ni mantenerse a sí mismo. Decidió suicidarse, pasó
por su mente que no era necesario vivir más cuando había fallado tantas veces. Se
sentó debajo de un árbol a escribir su testamento, pero en vez de escribir lo
que había logrado en su vida. En un momento de lucidez, se dio cuenta que había
algo que podía hacer mejor que nadie más. Y eso era ¡COCINAR! Con $87 dólares compró
una freidora, hizo pollo utilizando su receta única y lo vendió de puerta en
puerta en su pueblo cerca de Kentucky Estados Unidos. A los 74 años de edad, el
Coronel Sanders, fundador de Kentucky Fried Chicken (KFC) tenía 600
establecimientos con su producto en los Estados Unidos y Canadá. A los 88 años
era billonario. Y tú ¿Piensas darte por vencido?