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martes, 3 de octubre de 2017

El camion de basura


Me subí a un taxi y partimos rumbo a la dirección que le indiqué al conductor. Íbamos en el carril derecho cuando de repente un coche salió de no sé dónde; el taxista frenó súbitamente, se oyó el rechinar de las llantas y a escasos centímetros evitó chocar con el otro auto. El conductor del coche, que casi causa el accidente, empezó a gritarnos con una serie de malas palabras altisonantes. El taxista, solo sonrió y le saludó amable. Así que, yo sorprendido le pregunte, “¿Por qué hace eso?”, ese tipo, por muy poco destruye su taxi y nos manda directito al hospital. Entonces el taxista me dio la lección más bella de mi vida, la que ahora yo llamo “La Ley del Camión de Basura”. Muchas personas, me dijo: “son como un camión de basura, están llenos de enojo, frustración y desaliento. Una vez que han acumulado mucha basura, necesitan un lugar en donde depositarla; y si tú se los permites... la depositan en ti y ellos quedan liberados”. “¿Cada cuánto yo permito que los camiones de basura me contaminen?”; y, “¿Con que frecuencia tomo mi basura y la tiro sobre las personas que más amo como: mi esposa, hermanos, hijos o amigos?” Aquel día me propuse: “A no ser el basurero de nadie.” Empecé a ver con más claridad las personas con complejo de “Camión de basura” y decidí a partir de ese día no dejar que depositen en mí... su porquería. No he vuelto a permitir que tomen el control de mis sentimientos y mucho menos de mis emociones. Aprendí, que sonreírles a los insatisfechos, malhumorados y frustrados es la mejor medicina que puede ayudarles a cambiar su perspectiva de la vida. O por lo menos, les puede iluminar su día...