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martes, 14 de agosto de 2018

El que la debe...


Salomón decía: “El que anda en integridad anda confiado, más el que pervierte sus caminos será descubierto. El que nada debe, nada teme; el que mal anda, mal acaba. Anda seguro el hombre honesto, pero el estafador es descubierto. El que vive honradamente lleva una vida tranquila. El que es sinvergüenza un día será descubierto”. ¡Quien nada esconde nada teme! Es increíble la tranquilidad de no tener nada que ocultar ¡No tiene precio! ¿Sabías que la confianza es como un borrador? ¡Se hace más pequeño con cada error! Dicho de otro modo: “El que nada teme, nada borra, quien hace lo que debe, a nadie teme”. Es valiente el que teme lo que debe temerse, y no teme lo que no debe temerse. “El hombre que no teme a las verdades, decía Tomas Jefferson, nada debe temer a las mentiras”. Decir una mentira es asumir una tarea porque acarrea la obligación de inventar veinte más para sostener la certeza de la primera. No hay almohada más cómoda que una conciencia tranquila ¡Quien sabe lo que siembra no le teme a lo que cosecha! El miedo es ese pequeño cuarto obscuro donde los negativos son revelados ¡No lo olvides!