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sábado, 26 de enero de 2019

Amores de la calle


¿Te ha sucedido? Vas caminando por la calle y sin quererlo cruzas miradas con una persona a la que ni siquiera conoces, a la que probablemente no vuelvas a ver, y sientes como se te escapa una sonrisa mientras apartas la mirada y sigues caminando. Amores del bus, de tiendas o supermercados que no vuelves a ver más. Amores que duran dependiendo de la velocidad a la que vayas… besos que se dan con la mirada. Amor pasajero, amor fugaz entre dos desconocidos que, si tal vez se hubiesen conocido, serían el uno para el otro. ¡Nunca lo sabremos! Entre dos y cinco segundos se produce un cruce de miradas con un sinnúmero de interrogantes porque no sabemos qué está pasando por la mente de la otra persona: ¿Le gusto? ¿Le desagrado? ¿Le recuerdo a alguien? ¿Tengo una mancha de mayonesa en la barbilla? La pupila se dilata ante su atractivo como resultado de un sinnúmero de sensaciones que sentimos por dentro. No puedes evitar que tu corazón se acelere y te invada una ansiedad cálida pero incómoda, dulce pero incómoda. Es un misterio de un encuentro donde la química orquesta la atracción, y surge una breve, pero placentera conexión. Basta una sola mirada para que la impronta del amor se encienda, nazca y nos conquiste de pleno dejándonos sin aliento. Y se cumple aquello de que: “El amor está en el mundo para olvidar el mundo”. Surge una chispa neuroquímica, cargada de incertidumbre, deseo e ilusión. ¡Todo surge en 5 segundos! Y después cada uno sigue su camino…