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domingo, 27 de enero de 2019

Anonimato


El bien se hace, pero no se dice porque la caridad debe ser anónima; de lo contrario es vanidad. Las medallas del generoso se cuelgan en el alma y no en la chaqueta. Una persona buena no anda gritando a los cuatro vientos que es buena. ¡Simplemente lo es y ya! Cuando se trata de dar a otros no debes dar a conocer tu generosidad, como tocando con trompeta, como lo hacen los hipócritas para ser alabados por los demás. No dejes que tu mano izquierda sepa cuan generosa es tu mano derecha. Al dar en secreto, disfrutas de la verdadera recompensa de dar. ¿Sabías que lo bueno que haces en la vida, tiene ECO en la eternidad? El único acto de solidaridad verdadero es el que se hace desde el anonimato. ¡Todo lo demás se llama auto publicidad! Da y comparte sin esperar algo a cambio y tampoco eches en cara lo que haces por los demás pues Dios es mucho más grande, y no te saca en cara lo que hace por ti. Tampoco te canses de hacer el bien, porque aquel que da sin esperar nada a cambio, todo lo que siembra un día lo cosechará en abundancia. Una persona que hace mucho bien y no habla de ello, está en el camino de la perfección. El “Yo amo, tu amas, el ama, nosotros amamos, vosotros amáis, ellos aman. Ojalá no fuese una conjugación sino una realidad”.