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jueves, 9 de enero de 2020

Matar en nombre de Dios

Las cruzadas fueron una serie de guerras religiosas impulsadas por la iglesia católica durante la Edad Media. Dichas campañas tenían como objetivos entre otros, implementar el cristianismo e incluso suprimir por la fuerza, movimientos contra el poder de la Iglesia. Musulmanes y judíos fueron perseguidos y masacrados “en una guerra por el Señor” tal es el caso de 800 judíos en Alemania en mayo de 1096. Otro caso de fanatismo religioso sucedió en 1533 con la condena a muerte de Miguel Servet, activo participante de la Reforma Protestante, cuyos puntos de vista contrarios provocaron que fuese sometido a juicio por el Consejo de la Ciudad y las Iglesias Reformadas bajo influencia de Juan Calvino. Los protestantes que se oponían a la persecución de las personas por razones de fe, ahora se colocaban la capucha de verdugo enviando a Servet a la hoguera. Lo anterior demuestra que es un error creer que la religión se puede imponer. Si Dios otorgó libre albedrío, al ser humano, ¿Quiénes somos, como criaturas, para imponer alguna religión? Una relación de amor entre Dios y sus criaturas es la elección, pues la imposición es contraria al amor. Otro gran error es utilizar la Biblia para perseguir y matar así como nunca será feliz una unión entre iglesia y Estado en tiempos cristianos.