Un día una florista italiana fue a cortarse el cabello con un
estilista, en New York. Cuando quiso pagarle, el estilista le dijo que no podía
aceptar el dinero porque él estaba haciendo un trabajo comunitario. Al día
siguiente, el estilista se encontró con una tarjeta de agradecimiento de parte de
la florista, y una docena de rosas en la puerta. Después, fue un policía
irlandés, a cortarse el cabello con este mismo estilista y de igual manera, el
estilista no permitió que le pagara porque se encontraba haciendo un trabajo
comunitario. Al siguiente día, el estilista se encontró con una tarjeta de
agradecimiento y una docena de donas en la puerta. Después fue un cocinero tico,
y de igual manera, no dejó que el tico le pagara su cuenta. ¿Adivina que se
encontró el estilista, al día siguiente en su puerta? Piensa... Piensa...
Piensa... Piensa... Piensa... Piensa... Piensa... Piensa... ¡Una docena de ticos
esperando un corte de cabello gratis!