En una aldea lejana y montaña adentro, vivía una familia de
campesinos cuya labor de la tierra era muy pesada ya que el agua para regar sus
sembradíos se encontraba un poco lejos de su rancho. Cada día el granjero camina cerca de media
hora a un pozo cercano donde el extraía el agua. Dos baldes eran su compañía
inmediata para traer agua a sus sembradíos. Uno de los baldes, era optimista, el
otro, era negativo y pesimista. Un día los dos baldes platicaban acerca de su
existencia y uno de ellos dijo: “No hay vida tan desilusionante como la mía, dijo
el balde vacío mientras se aproximaba al pozo: “Siempre me alejo lleno, pero
regreso a este pozo vació”. El otro balde le respondió: “Nunca ha habido una
vida tan feliz como la mía” dijo el balde lleno cuando se alejaba del pozo; “Siempre
vengo al pozo vacío, pero me voy de él… lleno”. El poeta inglés
William Shakespeare dijo: “… todo es según el color del cristal
con que se mira”. No es lo que nos rodea, sino lo que llevamos dentro lo que
determina como enfrentamos la vida. Mira todo lo que DIOS llena de dentro de
ti, y aunque te vacíes para dar de beber a otros… siempre… podrás regresar al pozo…
para volverte a llenar!!!