La creación de Dios está llena de enseñanzas para nosotros. Existe
un ‘animalito’ que oímos todas las mañanas, el cual es un ave doméstica, nada extraordinaria
pues ni vuela completamente, ni tampoco es la más rápida en tierra. Me refiero
al “gallo” el cual fue utilizado por Dios para recordarle, al apóstol Pedro, la
Palabra dicha por el Señor y ¡Hacerle volver de su error! De la misma manera
Dios nos puede usar a nosotros de la manera que él quiera, aun cuando no seamos
tan extraordinarios. Sólo debes de
seguir las 7 reglas del gallo:
1- El gallo se levanta temprano e inmediatamente emprende su tarea
(que Dios le ha confiado). Salmo 63:1
“…de madrugada te buscaré...”
2- El gallo no se niega a cantar porque existan ruiseñores. Hace
lo que puede, lo mejor que sabe. Salmo 40:8 “El hacer tu voluntad, Dios mío, me
ha agradado,….”
3- El gallo sigue cantando aunque nadie lo anime ni se lo
agradezca. En realidad, no espera que nadie lo haga. Gálatas 1:10 “Pues, ¿busco
ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los
hombres?...”
4- El gallo despierta a los que duermen. Su tarea es impopular,
pero necesaria. Lucas 14:23 “… y fuérzalos a entrar, para que se llene mi
casa.”
5- El gallo proclama buenas noticias: Amanece un nuevo día lleno
de oportunidades. Lamentaciones 3: 22 –
23 “Cada mañana se renueva su amor y su fidelidad.
6- El gallo es fiel cumplidor de su tarea. No falla nunca, excelente
centinela. Mateo 25:21 “…Buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre
mucho te pondré”.
7- El gallo nunca se queja de tener que hacer siempre lo mismo.
Hebreos 13:21 “Que Dios te haga apto en toda obra buena para que hagáis su
voluntad, haciendo él en ti lo que es agradable delante de él por Jesucristo;
al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.