En una breve conversación, un hombre le pregunta a una mujer: "¿Qué
tipo de hombre estas buscando?" Ella se quedó un momento callada antes de
verlo a los ojos y le preguntó: "¿En verdad quieres saber?" El respondió: "Si"
Ella empezó a decir: "Siendo mujer en esta época, estoy en una posición de
pedirle a un hombre lo que yo sola no puedo hacer por mí. "Yo pago todas
mis facturas. Yo me encargo de mi casa sin la ayuda de un hombre. Yo estoy en
la posición de preguntar, "¿Qué es lo que tu puedes aportar en mi
vida?" El hombre se le quedo viendo. ¡El claramente pensó que ella se
estaba refiriendo al dinero! Ella rápido sabiendo lo que él estaba pensando
dijo: "No me estoy refiriendo al dinero. Yo necesito algo más. Yo necesito
un hombre que luche por la perfección en todos los aspectos de la vida." Él
cruzó los brazos se recargó en la silla y mirándola le pidió que le explicara… Ella
dijo: "Yo busco a alguien que luche por la perfección mental, porque yo
necesito a alguien con quien conversar y que me estimule mentalmente. Yo no
necesito a alguien mentalmente simple. Yo estoy buscando a alguien que luche
por la perfección espiritual, porque yo necesito a alguien con quien compartir
mi fe en Dios. No necesito a un hombre que luche por la perfección financiera
porque yo no necesito un cargo financiero. Yo necesito a alguien
suficientemente sensible para que me comprenda por lo que yo paso en la vida
como mujer, pero suficientemente fuerte para darme ánimos y no dejarme caer. Yo
estoy buscando a alguien el cual yo pueda respetar. Para poder ser sumisa, yo debo
respetarlo. Yo no puedo ser sumisa con un hombre que no pueda arreglar el mismo
sus problemas. Yo no tengo ningún problema con el ser sumisa, simplemente él
tiene que merecérselo. Dios hizo a la mujer para ayudar al hombre. Yo no puedo
ayudar a un hombre que no se puede ayudar a sí mismo. Cuando terminó ella lo vio a los ojos y él se veía
muy confundido y con interrogantes. Él le dijo: "Estas pidiendo
mucho". Ella le contestó: "Yo valgo mucho".