viernes, 7 de julio de 2017

Una mano serena sobre una cabeza exaltada


David tenía 600 hombres organizados en una fuerza de guardianes de la paz y el orden  en el desierto de Param, “Una tierra de nadie” en la que la gente tenía que defenderse por sí sola. Para los hacendados que tenían ovejas y ganado ¡La protección que daban David y sus hombres era excelente! Estos vigilantes no cobraban por sus servicios, sin embargo, por una cuestión de justicia los hacendados les daban una compensación voluntaria, por gratitud. En una ocasión David contactó a un hacendado llamado Nabal para solicitar, con tacto y respeto, dicha colaboración para sus hombres. Nabal cuyo nombre significa en hebreo: insensato, maleducado y testarudo no accedió a la solicitud sino que ofendió de manera déspota a David y sus hombres. David no pudo soportar los insultos de Nabal y decidió exterminar toda su “casa”. La noticia llegó a oídos de Abigail, esposa de Nabal, una mujer dinámica, ingeniosa y bella que pudo haberse librado para siempre de su marido ¡Pero no lo hizo! En cambio se concentró, por iniciativa propia, en resolver el conflicto preparando comida suficiente para llevarla a David y sus hombres con el fin de que este último reconsiderara su pésima decisión. Al verla David dijo: “Vive Jehová, Dios de Israel!, que me ha impedido hacerte mal, que de no haberte dado prisa en venir a mi encuentro, mañana por la mañana no le habría quedado con vida a Nabal ni un solo hombre.” ¿No hubiera sido maravilloso, que al volver a casa, Abigail contase a su esposo que le había salvado el pellejo? Pero lo encontró enfiestado y borracho. Al ver la condición de Nabal, decidió esperar. Por la mañana, cuando a Nabal ya se le había pasado la borrachera, su esposa le contó lo sucedido. En ese momento,… Nabal tuvo un derrame y murió diez días después. Esta historia nos enseña que las reacciones precipitadas nunca dan buen resultado, que un conyugue insensible causa dolor indecible a todos los que lo rodean  y que la inteligencia saca el mayor provecho al sentido de la oportunidad y al tacto.