martes, 11 de julio de 2017

Vencido por la dependencia


Jacob había estado luchando contra Dios durante toda su vida. La pelea junto al arroyo de Jacob simboliza una lucha de toda la vida. Hasta esta crisis, toda su vida ha sido un constante debatirse por resistir la bondad de Dios. Como sucede en muchas ocasiones, había estado luchando contra un Dios que estaba decidido a bendecirlo y ayudarlo. En la lucha de Peniel (Génesis 32), Dios está tratando de ayudar a Jacob a entender algo. Imaginamos que está tratando de imponer a Jacob verdades que éste se niega a reconocer. Dios trata de convencerle de que no quiere hacerle daño, de que sus intenciones no son malas sino misericordiosas. Jacob nunca confió en nadie y decide pelear por sí mismo, lucha aterrorizado pero indoblegable. Luego, repentinamente, lo inunda un dolor insoportable y su pierna queda inutilizada. Ante esta situación no le queda otra alternativa que aferrarse a su contendor y lo toma con desesperación; el no hacerlo le enviará a la lona. -¡No te dejaré si no me bendices!- palabras que Dios había estado esperando por más de cuarenta años. Hubiera preferido que Jacob reconociera su impotencia y se entregara a la misericordia de Dios mucho antes. No era su deseo someterlo de esa forma, pero Jacob no le ha dejado alternativa. Y la respuesta de Dios no se hace esperar. Jacob ha vencido, al declararse impotente y necesitado. ¿Será necesario que Dios haga exactamente lo mismo con usted? ¿Se está resistiendo usted a Dios?