lunes, 9 de septiembre de 2019

Lo barato sale caro


Alguien dijo que “Nada es barato ni caro, todo es igual en la vida… Las cosas valen tan sólo lo que cuesta conseguirlas”. El que cree que un profesional cuesta caro, no tiene idea lo caro que cuesta un incompetente. De ahí que la regla es contratar a los mejores y dejarlos hacer lo que saben. O contratar a los más baratos y que hagan lo que los pongan a hacer. Todo aquel que busca lo más barato, no puede exigir calidad. Gucci decía que: “La calidad se recuerda mucho después de haber olvidado el precio”. Porque el precio se olvida, en cambio la calidad permanece. Por eso a la hora de solicitar un producto o servicio no debes olvidar las tres “B”: Si es bueno y bonito, no puede ser barato. Si es bueno y barato no puede ser bonito. Si es bonito y barato ¡Jamás será bueno! Existen personas que siempre andan regateando precios o denigrando a otros por lo que cobran por un bien o servicio. Olvidan los costos y tiempo en que se debe incurrir, experimentos, innovación y fracasos que aumentan el valor del bien ¡Adquieres un trozo de corazón, un momento de la vida de la otra persona! Regatear o decirles a otros lo caro de su producto es ofender su trabajo. Hacer sin cobrar o cobrar poco es auto condenarse a que los clientes crean que ese trabajo no tiene valor y que las horas de desvelo no valen nada. Hazte valer para la sociedad al grado que todos crean que eres necesario ¡Solo así serás valorado y recompensado! Si no sabes cómo valorarte, entonces cualquiera sabrá cómo utilizarte.