¿Sabías que cuando los cristianos oran, el cielo se complace?
Apocalipsis 8: 1 - 5 dice que hubo silencio por todo el cielo durante media
hora y que se le dio a un ángel una gran cantidad de incienso para mezclarlo
con las oraciones del pueblo de Dios como una ofrenda sobre el altar de oro
delante del trono. Y el humo del incienso, mezclado con las oraciones de los
santos, subió hasta la presencia de Dios desde el altar donde el ángel lo había
derramado. Hay cosas que acontecen en los cielos que no ves cuando oras. Las
alabanzas que constantemente se escuchan en los cielos, de repente son
silenciadas ¡Todos callan! El cielo entero se detiene para oír las oraciones de
los santos que están a punto de ser elevadas a Dios. ¡Las necesidades de los
cristianos son más importantes para Dios que todas las alabanzas de cielo!
Hasta los ángeles cooperan añadiendo incienso a las oraciones de todos los
santos y ayudan para que estas plegarias lleguen a la presencia del Eterno ¡A
su mismo trono! Incienso viene del latín “encender”. Hay una intervención
divina que añade fuego a nuestras oraciones, dado que antes de que lleguen a la
presencia del Trono de Dios necesitan estar encendidas mediante el filtro
angelical. Todos tus momentos de quebrantamiento, de devoción profunda y de
compromiso con la santidad de Dios suben a Su trono y son contestadas con
truenos, relámpagos y terremotos: Una tremenda confrontación de fuerzas espirituales
que hace desaparecer todas tus tinieblas.