Escuchar las sirenas de los vehículos de bomberos a cualquier hora
del día, es sinónimo de un trabajo arduo que no conoce descanso ni feriado
alguno, pues una fuerte vocación de servicio, sensibilidad social y amor al
prójimo, anidan en uno de los trabajos más nobles de la sociedad: El bombero
voluntario. Un héroe cuya labor exige mucho compromiso, esfuerzo, tiempo y disciplina.
Los bomberos se enfrentan diariamente a diversos peligros y arriesgan su propia
vida por salvar una víctima sin pedir nada a cambio. Sin embargo, en un sinfín de
actividades que realizan, ellos pueden ser la diferencia entre vivir o morir. En medio de carencias, dificultades e
indiferencia de algunas autoridades ellos continúan con el compromiso desde que
decidieron asumir la noble profesión cumpliendo con muchas más de las 40 horas
de servicio mensual, sacrificando espacios de ocio con sus familias y sus
propias responsabilidades laborales. Con su trabajo no acumulan grandes
riquezas, una mirada agradecida les basta para seguir con firmeza. Luchan
contra fuerzas naturales ¡Su valor y nobleza los convierten en personas
especiales! El sonido de una sirena anuncia su llegada y combatirán sin
descanso contra toda clase de desastres sin saber si llegarán vivos al final de
la jornada. Les dicen “Bomberos” pero para todos aquellos que reconocemos su
valía, son héroes de vocación, ellos arriesgan la vida por su propia voluntad y
convicción. Nada le obliga… ¡Solo el dolor de los demás!