Si te duele el corazón, trata de disfrutarlo ya que no hay muchas
cosas que estrujan el corazón. Y si te duele de verdad es porque vale la pena.
Abrázate al dolor, que cuando menos te des cuenta, el tiempo te enseñará a
volar de nuevo. Sueña, sueña con lo que quieres y no tienes. Sueña dormido o
despierto, sin medida y sin miedo. Sueña como si tu sueño fuera verdad, y suéñate
a ti mismo en ese sueño. Sueña como si tu sueño fuera realidad, porque la
realidad se teje de sueños. Ni siquiera todo el peso del pasado podrá contigo.
Aun contra todo pronóstico te levantarás y continuarás. Cuando parece que nada
está a tu favor, debes recordar que un avión despega con el viento en contra. ¡No
todo es malo! Ten la firme esperanza que los malos días no son tan malos del
todo. Y no queda duda que, sin ellos, jamás serías la persona que eres hoy. Nunca
permitas que el futuro desconocido te perturbe, encáralo si debes hacerlo, y con
las mismas armas con las que hoy combates el presente. Aunque aún no hayas
ganado, ¡Aun sigues de pie! Muy en el fondo, lo que todos esperamos, contra
todo pronóstico, es que nos suceda algo extraordinario. Solo debes creer lo
inesperado de Dios ¡El hará por ti lo imposible aun sea ¡Contra todo
pronóstico!
domingo, 24 de marzo de 2019
Solo se vive una vez...
Ben Casey era una serie de televisión estadounidense de los años
60´s, la cual tenía una característica que se hizo muy popular: Su título de
presentación. Este consistía en un
dibujo hecho a mano en una pizarra de los símbolos: ♂, ♀, ✳, †, ∞, mientras la voz
de un relator recitaba pausadamente el nombre de cada uno, “hombre, mujer,
vida, muerte, infinito”. Lo anterior expresa de manera resumida que una persona
hombre o mujer, tiene solamente una vida por delante suyo y luego vendrá la
muerte. El rey Salomón escribió en Eclesiastés 9: 10 “Cada vez que encuentres
un trabajo que hacer, hazlo lo mejor que puedas con todas tus fuerzas y con alegría.
Todos vamos camino a la tumba y ahí no hay actividad, ni trabajo, ni planes, ni
conocimiento ni sabiduría”. Entonces ¡Vivamos haciendo el bien!, hagámoslo
según nos venga a la mano hacerlo, según las fuerzas que Dios nos conceda, sin limitaciones,
pero también sin afanes, porque luego hemos de morir y adónde vamos, dice
Salomón, ya no hay obras. Sin embargo, debemos tener claro que es a partir de
la muerte, que sabremos, dependiendo como hayamos vivido, el galardón o castigo
que nos corresponderá para toda la eternidad tal y como lo expresa hebreos 9:
27 “… está establecido que todos los seres humanos deben pasar por la muerte
una sola vez para ser a continuación juzgados”.
martes, 12 de marzo de 2019
¿Cabeza de ratón o cola de león?
Julio César antes de ser emperador, atravesó los Alpes con sus
tropas rumbo a España. Se encontró con unos montañeses que discutían sobre
quien ejercía autoridad sobre una pequeña aldea. Los ayudantes del general se rieron
ya que consideraban a la aldea insignificante, a lo que el futuro monarca de
Roma contestó: “No os burléis, también yo preferiría ser cabeza en esta aldea
que brazo en Roma”. Existe un refrán español que dice: “Más vale ser cabeza de
ratón, que cola de león”. Según el mismo, resulta mejor ser el primero en las
pequeñas cosas que el último en las grandes. Es más satisfactorio y agradable
estar en un lugar en donde tus opiniones y acciones sean apreciadas, analizadas
y hasta ejecutadas para desarrollar un proyecto o plan dentro de un pequeño
grupo. Cuando una persona no es valorada porque antes de Él existen muchas
personas con rango de “superioridad” que opinan, mandan y ejecutan dentro del
grande grupo. En ese momento, el sujeto debe analizar y preguntarse si prefiere
ser cabeza de ratón (el primero en un grupo pequeño) o, por el contrario, la
cola del león (el último en un grupo grande). Que es lo que desea El para su
vida diaria y para su futuro, ser reconocido y valorado por sus aportes, o por
el contrario únicamente realizar lo que los “superiores” indiquen sin derecho a
réplica, sin poder demostrar que existe un mejor plan ideado por él, lo cual
impide dar mejor de sí dentro del grupo.
Abejones en el buche
Leí recientemente un artículo publicado por don Álvaro Cedeño,
bajo este título, en el cual comenta acerca de un sinnúmero de eventos y
situaciones que debemos tolerar día a día con el fin de mantener la armonía de
las relaciones sociales. Sin embargo, dice Cedeño, que existen otros incidentes
que no se olvidan fácilmente y que automáticamente se trasladan a lo que él
llama “El depósito de abejones en el buche”. Estos “abejones” obstaculizan la comunicación
transparente porque esta requiere “confianza” el cual es un primer paso para
crear un buen clima de comunicación, a partir del cual se puede construir lo
que se desee. ¿Cómo se pueden sentar a negociar dos personas si tienen reservas
o cuentas emocionales que cobrarse? Nadie comienza por proponer matrimonio ¡Primero
hay que construir confianza! Se debe trabajar cuidadosa y sistemáticamente sobre
el tema de los “abejones”, para limpiar la atmósfera y ventilar malos
entendidos, a fin de hacer más transparente nuestras interacciones, concluye
Cedeño. Jesús dice en Mateo 5: 23 y 24 que cualquier ruptura de relaciones
afecta a la iglesia y nuestra relación con Dios. Y cualquier proyecto congregacional
que se desee llevar a cabo está destinado al fracaso si antes no prevalece la
sana armonía entre los santos.
lunes, 4 de marzo de 2019
Itadakimasu
En tiempos muy antiguos, el consumir alimentos era una actividad
que se realizaba, normalmente, dentro de la intimidad del hogar, con familia,
amigos o personas muy allegadas. Al ser poco comunes los lugares públicos como
los restaurantes, cuando se era invitado a compartir los alimentos en la casa
de alguien, se utilizaba la frase “Itadakimasu” que se traduce como “Gracias
por lo que vamos a comer”. Un agradecimiento por la oportunidad de compartir la
ocasión en sí, donde se ofrece más que el alimento; la hospitalidad en sí
misma. Sin embargo, esta frase va más allá de mostrar buenos modales y termina
por expresar agradecimiento, a Dios, de contar con alimento, en recordación
humilde de muchas personas y culturas cuyos habitantes han pasado o están pasando
algún periodo histórico de guerra, escasez o hambruna. Por tanto, recuerda agradecer
a quien te invita a un café o te ofrece un dulce. Ten la consideración de cada
fuente de alimento y todas las personas que han intervenido en hacerte llegar
el sustento. La expresión “Itadakimasu” es una práctica manera de mostrar
consideración y gratitud por lo que nos mantiene vivos: el alimento. Y nunca
olvides de agradecer al Creador por su divina providencia tal y como lo hizo
Jeremías cuando dijo: “Grande es su fidelidad; sus misericordias son nuevas
cada mañana”.
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