Apolos (Hechos 18: 24 – 25) era un orador elocuente, buen
conocedor de las Escrituras, con un espíritu entusiasta y muy preciso en su
enseñanza. Sin embargo, su ministerio estaba incompleto ya que lo único que
sabía acerca de Jesús era solamente lo que Juan el Bautista había anunciado. El
problema es que ese “Jesús” de quien hablaba Juan el Bautista ¡Había venido 28
años antes! y a estas alturas, Apolos tenía un total desconocimiento de la
verdadera magnitud de la muerte y resurrección de Jesús. Ahora ¿Quién le enseñó
a Apolos? ¿A quiénes y desde cuándo, Apolos, venía enseñando verdades
incompletas? La Biblia dice que el desconocimiento del que enseña y de quienes
somos enseñados produce destrucción (Oseas 4: 6) y no reconoce el engaño (Mateo
24: 23 – 25). La mentira se aprovecha del desconocimiento (Jeremías 14: 14 –
16) y este a su vez propicia la complacencia de los malos deseos (2 Timoteo 4:
3). Si crees de todo corazón que necesitas hacer mejoras en tu ministerio, lo
primero que debes hacer es “dejarte ayudar” (Hechos 18: 26) y seguir el ejemplo
del Profeta Esdras (7: 6), el cual (1) estudiaba constantemente la Palabra, (2)
la obedecía y (3) la enseñaba a los judíos.