domingo, 26 de julio de 2020

Predestinados para...



Dice Romanos 8: 29 que, desde el mismo principio, Dios ya sabía a quienes iba a elegir. A esos predestinó, llamó, les reestableció su amistad y los hizo partícipes de su gloria. ¿Por qué Dios escogería a unos y a otros no? Romanos 3: 23 expresa que Dios no es injusto con aquel que no elige porque ese recibirá lo que merece. 2 Timoteo 1: 9 dice que es el amor de Dios sobre cualquier calificación humana la que determina la soberana elección del Altísimo y que ese amor es extensivo a la humanidad entera (Juan 3: 16). Entonces, si el hombre ha sido predestinado desde el principio… ¿Para qué le predicamos? La aparición de Dios a Pablo en Hechos 18: 9 – 10 y la convicción del apóstol de llevar el mensaje a otros (2 Timoteo 2: 10) deja claro que la predestinación no es un pase especial para entrar al cielo. Todo ser humano puede decidir, por sí mismo, hacer, si quiere o no, lo que la ley divina le permite o no le permite llevar a cabo. Por lo tanto, debemos cambiar el enfoque de la predestinación y entender que ¡No es un pase especial! Sino más bien un “llamado” (1 Pedro 2: 9) para anunciar las poderosas obras de aquel que nos sacó de la oscuridad para entrar en su luz maravillosa. Tu prójimo está muriendo… 150 mil personas descienden al infierno cada día y es un crimen que retengas la información que puede salvarles la vida.