Alexander Pope decía que: “El hombre nunca debe avergonzarse de
reconocer que se ha equivocado, puesto que hacerlo corresponde a decir que hoy
sabe más que lo que sabía ayer”. Por tanto, enfréntate a las consecuencias de
los problemas con la misma valentía con la que los has provocado. Si reconoces
tu culpa ya tendrás parte de la solución del mismo. Reconocer un error no es
humillarse, es crecer como persona. Se humilde para admitir tus errores,
inteligente para aprender de ellos y maduro para corregirlos. Qué difícil es
para muchos reconocer sus errores, pero cuan fácil es verlos en los demás… ¿Te atreverías
verte frente al espejo y criticarte como lo haces con otros? Creo que no eres
tan sincero como aparentas ser. Si amas a tu prójimo como a ti mismo, deberías comenzar
a ensayar este ejercicio y cuando descubras quien eres te darás cuenta que jamás
tendrás motivo para criticar a tu prójimo. Si no vas a reconocer tus propios
errores, no es justo que señales los errores ajenos. El reconocer que te has equivocado es un paso
hacia el perdón. Ojala que consideres que al igual que tú, ¡Otros también lo
merecen! Quien se niega reconocer sus errores jamás podrá triunfar, pero si los
acepta y los corrige, tendrá una nueva oportunidad. Equivocarse es un defecto
de todos, pedir disculpas es una virtud de pocos. ¿Sabías que la palabra
RECONOCER se lee igual al derecho y al revés? Entonces, ¿Qué estas esperando?