La violencia contra la mujer tiene un alcance mundial y se
presenta en todas las sociedades y culturas, afectando a la mujer sin importar
su raza, etnia, origen social, riqueza, nacionalidad o condición. La violencia
tiene efectos perversos en la vida de las mujeres, de sus familias y de la
sociedad en general. ¡El maltrato no es amor! El maltrato es la cobardía de
alguien que pretende ser superior porque tiene puños fuertes. Es muy común que
las mujeres piensen que soportar el maltrato y la crueldad y luego perdonar y
olvidar es una muestra de compromiso y amor. Pero cuando amamos bien sabemos
que la única respuesta sana y amorosa al abuso es alejarnos de quien nos hace
daño. Si te retienen, insultan, atacan, pegan o amenazan, no te confundas. Eso
no es amor y ¡Nunca es tu culpa, nunca lo provocaste y nunca lo debes esconder!
Si sufres VIOLENCIA, pide AYUDA. ¡El silencio estimula al verdugo! Eduardo
Galeano decía que: “Al fin y al cabo, el miedo de la mujer a la violencia del
hombre es el espejo del miedo del hombre a la mujer sin miedo”. El día que una
mujer pueda no amar con su debilidad sino con su fuerza, no escapar de sí
misma, sino encontrarse, no humillarse sino afirmarse, ese día el amor será
para ella, como para el hombre, fuente de vida y no un peligro mortal. Dejar atrás
el pasado no es fácil, especialmente cuando han dañado tu autoestima, pero si
lo haces serás una persona totalmente distinta.