lunes, 28 de septiembre de 2020

Vasos de honra y vasos de deshonra


¿Sabías que en los tiempos antiguos del pueblo de Israel existían en la entrada de cada casa, unos vasos llamados “vasos de honra”, el cual contenía agua fresca para todo aquel (visitantes, caminantes, etc.) que lo necesitará y más si llegaban de alguna distancia muy larga? En 2 Timoteo 2: 20 la casa que hace referencia esta analogía es el cuerpo de Cristo en donde hay recipientes que cumplen diferentes propósitos. Algunos son honrosos como una copa de oro y otros no tan honrosos como un basurero ¡Pero eso no es culpa de Dios! Todos hemos sido llamados para ser vasos de honra, sin embargo, el tipo de vaso lo determina cada uno. ¿Por qué tantos creyentes escogen hacer lo mínimo en el reino de Dios? ¿Por qué se contentan con ser recipientes para usos viles o comunes? Porque les falta una cosa que todo utensilio honroso debe tener: “Disposición”. Pablo continúa su analogía explicando en 2 Timoteo 2: 21 que Dios solo utiliza vasos limpios de toda maldad. Un vaso limpio es un instrumento adecuado por medio del cual fluye la honra, la santidad y la utilidad al Señor. Su condición de limpieza lo deja apto para hacer cualquier cosa en la Casa (Iglesia) de Dios. Recuerda que un vaso de honra tiene una relación diaria (fresca) y real con el ESPÍRITU SANTO para que en el momento que cualquier persona tenga necesidad de Dios, estemos disponibles para saciar la sed espiritual de la gente.