Dedícate a sentirte bien contigo mismo. Debes aprender que
sentirse saludable y sentirse bien consigo mismo, no es un lujo, es una
necesidad absoluta y hasta que no sanes tu relación con la persona más
importante en tu vida (TU MISMO) no sanarás tu relación con los demás. No eres
víctima de una enfermedad emocional, tú eres el autor intelectual de todas las
que generas en tu propio cuerpo. Trátate con amor y las verás desaparecer. Y no
se trata de estar alegres, sino de estar en paz. La vida es muy corta para
malgastar otro día en guerra contigo mismo. Si te sientes mal contigo mismo,
busca en lo más profundo de tu ser, date cuenta de que nadie es perfecto,
tampoco tú. Se amable contigo porque es difícil sentirse bien cuando alguien te
critica todo el tiempo. Pero aún con todos tus defectos y cualidades, eres una
persona única y por eso eres especial. Amarse a sí mismo es entender que no
necesitas ser perfecto para ser grandioso. Existe al menos un rincón del
universo que con toda seguridad puede mejorar y eres tú mismo. Por eso
atiéndete, cuídate a ti mismo. Evalúa lo que te guste y lo que no. Pon límites
a lo que sientas que te pueda dañar y abre puertas para lo bueno y agradable,
aquello que te nutra y te levante. Haz lo que tengas que hacer, pero atiéndete,
abrázate a ti mismo ¡Tómate un momento para apreciar lo increíble que eres! Aprende
a plantar tu propio jardín y a decorar tu alma. Nada mejor para sentirse bien
que ser la mejor versión de uno mismo.