lunes, 12 de octubre de 2020

Diálogo


Mario Benedetti dice que: “El secreto para un largo amor es el diálogo entre las diferencias. No hay mejor camino para solucionar problemas y arreglar errores”. Es claro que nadie quiere verse débil, por tanto, construir un proyecto común implica escuchar, renunciar, reconocer equivocaciones, aceptar fracasos y para muchos esto es un signo de debilidad.  Sin embargo, cuando hay un diálogo verdadero, ambos lados están dispuestos a cambiar, siempre con la esperanza de arreglar aquello que está mal. Por eso dialogar es un poderoso medio capaz de trascender las profundas e inevitables diferencias individuales entre los seres humanos en sus diferentes contextos y relaciones. Aristóteles decía que: “No se puede desatar un nudo sin saber cómo está hecho”, de ahí que comunicarse en ambas vías, implica pensar crítico el cual genera paz interna y mejora la relación con los demás. Ahora, no olvidemos que todo acuerdo tiene una regla básica imprescindible: No se debe pedir ni se puede ofrecer lo que no se puede entregar porque, en esa entrega se juega la propia existencia de los interlocutores. Se debe afirmar la necesidad del otro, reconocer que estamos en deuda con los demás y que somos dependientes de ellos para nuestras vidas. Jamás existirá diálogo si no hay humildad y una fuerte e inquebrantable fe en los seres humanos.