Dios nunca ha prometido darte todo lo que quieras. Pero sí,
prometió suplir lo que te haga falta (Filipenses 4: 19). Muchas veces crees que
necesitas “algo”, sin embargo, Dios sabe de lo
que realmente careces y está muy lejos de lo que tú crees que necesitas. Ahora,
si por iniciativa propia nuestro Padre celestial ha resuelto el problema más
grande de la humanidad al darnos a su querido Hijo ¡También puede suplir todas
nuestras necesidades! Esto demuestra que Dios no escatima al dar. Satanás es
experto en insinuarte que necesitas algo más de lo que Dios te ha dado y siembra
“insatisfacción” al hacerte creer que necesitas de “esto” que no tienes, porque
si no ¡No serás feliz! Como creyente debes ser realista del mundo en que
vivimos el cual se encuentra bajo la maldición del pecado. Debes enfrentar muchas
pruebas y problemas, pero puedes hacerlo de una manera diferente a como las
afronta el mundo… con contentamiento. Es esa satisfacción interior y espiritual
indistintamente sea cual sea la circunstancia. ¿Dónde está el secreto del
contentamiento? Creer que Dios y lo que Él te da es todo lo que necesitas
(Filipenses 4: 11 – 13). Diferenciando lo temporal de lo eterno y alejándote de
la codicia mundanal. Pero lo más importante es que tengas un corazón
agradecido, porque es imposible estar agradecido y descontento al mismo tiempo.
Cuenta tus bendiciones una por una ¡Y te sorprenderá lo que el Señor ha hecho! Confía
serena y profundamente de que nada ocurre en tu vida sin el conocimiento de
Dios. Esto te ayudará a librarte de la amargura, del resentimiento y de la
sensación de injusticia y esterilidad de muchas situaciones.