El pesimista juega, según El, a lo seguro. No pierde nunca y solo
puede ganar. Es el único punto de vista del cual nunca se siente decepcionado. Siempre
se pone en lo peor ¡Así no se sorprende por todo lo que le depara la vida! Los únicos
interesados en cambiar el mundo son los pesimistas, porque los optimistas están
encantados con lo que hay. Un optimista piensa bien de todo excepto del
pesimista. Este último piensa mal de todo, excepto de sí mismo. Para un
pesimista cualquier oportunidad es una calamidad y siempre espera lo peor. Ningún
pesimista descubrirá nunca los secretos de las estrellas, ni navegará a tierras
inexploradas, ni abrirá un nuevo cielo para el espíritu humano. Al contrario,
todo lo ve olor a derrota, nunca con los ojos del corazón y la alegría del
triunfo. Paulo Cohelo dijo que: “Optimistas y pesimistas morirán de todos
modos. Pero habrán vivido de manera totalmente distinta”. Es más cómodo
entregarse al pesimismo que esforzarse para que todo salga bien ¡El pesimismo
es la opción que tienen los que no quieren asumir el camino difícil! Aun más, el
pesimista es el único que, pudiendo escoger entre dos males ¡Escoge ambos! Un
consejo: “Pídele dinero siempre a un pesimista, porque no espera que se lo
devuelvas”.