La siembra de principios en la infancia, niñez y adolescencia
siempre germina. Cambia tus hojas pero nunca pierdas tus raíces. Cambia de opinión
pero no pierdas tus principios. Los grandes principios éticos y religiosos son
la base para el éxito y la felicidad en todas las áreas de tu vida y cuando
basas tu vida en principios, el noventa y nueve por ciento de tus decisiones ya
están hechas. Gao Xingjian dijo: “A veces, para mantener tus principios no te
queda otra opción que huir”. No intente convertirse en un hombre de éxito, sino
más bien intente convertirse en un hombre de principios. Detrás de cada vida
noble están los principios que la han formado. Recuerda que tus valores definen
quien eres realmente. Tu identidad real es la suma de tus valores. Métete esto
en la cabeza y el corazón: ¡Los principios no se negocian! Quien vende su
conciencia envenena su propia existencia. Emiliano Zapata dijo en una ocasión:
“Quiero morir siendo esclavo de los principios, no de los hombres”. Si no
tienes principios morales te podrán temer, pero no respetar. Puede que haya un millón
o más de métodos pero los principios son pocos. El hombre que entiende los
principios podrá seleccionar sus propios métodos con éxito. El hombre que
intente aplicar los métodos ignorando los principios, seguro que tendrá problemas.