“No te amargues con tu propio fracaso ni se lo cargues a otro, dijo
Pablo Neruda. Acéptate ahora o seguirás justificándote como un niño. Recuerda
que cualquier momento es bueno para comenzar y que ninguno es tan terrible para
claudicar”. Deja ya de engañarte, eres
la causa de ti mismo, de tu necesidad, de tu dolor, de tu fracaso. ¡Sí! Tú has
sido el ignorante, el irresponsable, tú, únicamente tú, nadie pudo haber sido tú.
Sin embargo, nunca es tarde para emprender un nuevo rumbo, vivir una nueva
historia o construir un nuevo sueño. Aprende a nacer desde el dolor y a ser más
grande que el más grande de los obstáculos. Si tus pies no caminan hacia
delante, tu mente nunca saltara barreras. Si no estás dispuesto a utilizar tu
mente sin prejuicios y sin miedos, nunca comprenderás cosas que chocan con tus
propias costumbres y creencias. Muere lentamente quien se transforma en esclavo
de los hábitos, quien se queja de su mala suerte, quien no se arriesga, quien
evita una pasión ¡Lo contrario es estar vivo! No olvides que la motivación es
la gasolina del cerebro. Nunca apagues la luz de la ilusión y jamás renuncies a
tus sueños. Un día despertarás y descubrirás que no tienes más tiempo para
hacer lo que soñabas. El momento es ahora ¡Actúa! Nunca sabrás si el próximo intento
será el que funcione…