Se madura y evoluciona cuando se hace autocrítica y se acepta la crítica
constructiva. No podemos avanzar sino reconocemos nuestros errores. Si no hay
autocritica no hay ninguna forma de progreso. Si eres siempre muy crítico con
la sociedad, aun mas debes de serlo contigo mismo. Osho dijo: “No conozco un
valor mayor, que el necesario para mirar dentro de uno mismo”. En la medida que
como ciudadanos no nos demos cuenta de que somos los protagonistas de nuestra
democracia, y no los demás, no vamos a salir adelante. No hay una autocrítica
que empiece por decir “yo también formo parte de las equivocaciones y defectos
de mi país”. La autocrítica es un camino que conduce a la superación que no
todos se animan a transitar. En esta vida hace falta gente que comprenda más y
que critique menos. Somos expertos en escrutar los fallos del prójimo, sin
valorar primero los propios. La autocrítica es impensable y así es imposible
avanzar, ya que en los errores está la oportunidad para poder mejorar. Para
muchos, la autocrítica está muy bien, mientras no tenga que ver con uno mismo. Saber
reírse de uno mismo delante de cualquiera desconcierta mucho. Un humor
autocritico proyecta un poder que la mayoría no está acostumbrada a combatir.
Si yo me he reído de mí mismo delante de ti, me puedo permitir el lujo de reírme
contigo y tú vas querer estar a la altura, para que nos divirtamos.