¿Cuál es la mejor
edad? ¡La que tengo ahora! Ni un segundo más, ni un segundo menos. Tengo la
edad adecuada para ser feliz y la energía justa para para hacer de mi vida una
aventura inspiradora. Si alguien me dice “Te quiero” de inmediato pregunto
“¿Para qué?”. No me siento tan viejo como para dejar de soñar, pero tampoco tan
joven como para besar a cualquier “sapo”. Dejó de impresionarme los grandes
cuerpos, hoy más que nunca deseo las almas grandes. Tengo la edad donde se lo
que quiero, lo que no quiero y con quien quiero complicarme la vida. Por eso he
empezado a andar con gente que también sabe lo que quiere. A elegir a las
personas con quien paso mi tiempo y lo que quiero de cada una de ellas. Disfruto
la paz y las palabras de aliento. Lo que menos quiero son reclamos, quejas, caras
largas y amarguras. Y entre más edad tenga y más conocimiento adquiera más
cerrado será mi circulo y menos amistades tendré. Aquí es donde me doy cuenta de
que no es cantidad, sino calidad. Se acabaron las excusas y los reproches a
terceros. Asumo la responsabilidad de las elecciones previas que he tomado y
que han resultado en mi situación actual. He comenzado a tomar nuevas
decisiones para cambiar mi vida de forma positiva. Tengo la edad que quiero para
gritar lo que pienso, hacer lo que deseo y no privarme de nada, sin miedo al
fracaso o a lo que dirán.