¡No dejes que las
malas compañías te arruinen el día! El apóstol Pablo decía que: “Las malas compañías
corrompen las buenas costumbres”. Por eso los amigos deben elegirse con sabiduría,
no importa si son pocos. Y deben ser aquellos que te generen un valor agregado
con un enorme efecto positivo en tu vida. Dime con quien andas… y aullar aprendes.
Dime con quien andas… y te despiertas en la cazuela. Dime con quien andas y te
diré exactamente lo que eres o que estás a punto de llegar a ser. Es mucho
mejor la tranquilidad de la soledad que la decepción de una mala compañía ¡Mucho
mejor seguir el camino solo! Las malas compañías son como un mercado de pescados:
Puedes terminarte acostumbrando al mal olor. Las espadas y las lanzas por si
mismas son inofensivas; el que por si mismo es apacible y sin maldad alguna, se
volverá feroz y terrible a causa de las malas compañías ¡No las frecuentes! No sea
que aumente su número… Aléjalas como se aleja una víbora venenosa… permanecer
en la compañía de los malvados, tarde o temprano, te volverá malo también. Alejarse
de este tipo de gente es ganar salud y bienestar para tu vida. Antes de una
mala compañía prefiero mi música y un buen libro… Tal vez mi destino sea terminar
de recorrer el camino de la vida solo… Pero te aseguro que es mejor que tener
que recorrerlo mal acompañado.