Decía William Shakespeare
que: “Los mejores hombres son los de pocas palabras”. Pocas palabras y muchos
pensamientos para no decir pocas cosas en muchas palabras, sino muchas cosas en
pocas palabras. Igual que un buen escritor que dice mucho con pocas letras. Muchos
piden respuestas cuando en realidad deberían aprender a interpretar silencios Así,
¡Su vida sería más fácil! A un buen entendedor, pocas palabras le bastan. Freud
decía que: “La ciencia moderna aún no ha producido un medicamento
tranquilizador tan eficaz como lo son unas pocas palabras bondadosas”. Una
persona sensible es de pocas palabras, pero su alma habla constantemente y lo
hace a través de sus gestos, miradas y silencios ¡Siempre hará las cosas sin
que tú se lo pidas! ¿Sabias que las personas más frías tienden a tener los sentimientos
más cálidos y el amor más verdadero? Una persona silenciosa y de pocas palabras
es temida. Al sermoneador lo puedes aguantar y al charlatán lo puedes entretener.
Una persona inteligente no siempre es aquella que tiene respuesta para todo,
sino aquella que sabe guardar silencio. Con quien cavila mientras el resto no
deja de parlotear, con esa persona debes ser cautelosa ¡Debe ser una gran
persona!