Quince grupos de judíos de diversas naciones conformaban una
congregación de 5000, contando solo hombres según Hechos 4: 4. Por tanto,
cuando la obra crece ¡Satanas intensifica su ataque! (Hechos 6: 1) propiciando
conflictos entre los fieles. Bendito el liderazgo que actúa de inmediato para
solucionar el problema (V. 2 - 5) y logra extinguir el incendio antes de que se
vuelva incontrolable. El intento del enemigo de apartar a los doce de su
ministerio principal (proclamación del evangelio) ha fracasado. Ninguna iglesia
puede librarse hoy por completo de las disensiones. Sin embargo, las
diferencias pueden dividirnos y perjudicar el cuerpo de Cristo o unirnos en un
entendimiento más profundo (2 Corintios 2: 11). Debemos aprender que eludir los
conflictos aumentan los problemas y que es de vital importancia buscar el
origen de las disensiones, las cuales muchas veces son causa de malos
entendidos, del ingenio de Satanás o de nuestra naturaleza pecaminosa. Hasta
donde dependa de cada uno, dice el apóstol Pablo en Romanos 12: 18, hagamos
todo lo posible por vivir en paz con todos, solo así recibiremos la bendición
para todos aquellos que trabajan para que haya paz en derredor, según Jesús en
Mateo 5: 8. A esos ¡Dios los llamará Hijos suyos!